Jacques Vallée: Emisarios del engaño

 




   Hay libros que interpelan al pasado y libros que interpelan al futuro. Emisarios del engaño interpeló al futuro y, por tanto, a los que ahora vivimos (fue publicado en 1979) en él; y me temo que interpela a los que vivan en otro futuro que vendrá después de nosotros, porque no hemos sido aún capaces de hallar respuestas ni consensos sobre los temas que nos planteaba. No sabemos qué son los ovnis y no sabemos quién son los emisarios del engaño. Tremendo. La primera cuestión tiene teorías que pueden ser acertadas o locas, pero carecemos de respuestas unificadoras (aunque la labor de José Antonio Caravaca es de las más útiles y merece ser tenida seriamente en cuenta, pues su Distorsión es una vía en la que hay lógica y tendencia a una alcance global y homogéneo) porque los enfoques siguen en muchos casos anclados en lo anecdótico y lo llamativo tan solo, por un lado, y en la ignorancia y el desprecio, por otro. No hay científicos, que sepamos, atacando seriamente el problema, financiados convenientemente y ofreciendo conclusiones de manera pública para que otros científicos y todos los demás nos beneficiemos de sus avances (en un mundo fastidiosamente capitalista esto sería raro, pero no imposible). Avi Loeb es el único que se ha atrevido, con su libro Extraterrestre, y no parece que haya muchos ilusionados seguidores por el momento, quizá por temor a perder prestigio y colocación (otra tara del mundo hipercapitalista en que vivimos y que padecemos). Los científicos callan, miran para otro lado, no quieren involucrarse. 

   Tampoco se ha debatido mucho sobre los emisarios del engaño, no se dan pasos más allá de donde se quedó Vallée, y eso también refleja falta de financiación y dudas y desconfianza y miedo, pues si se trata de grupos humanos no cabe duda de que enfrentarlos puede ser arriesgado para almas solitarias y hasta acabar con resultados lesivos, dependiendo del poder al que se enfrentara el investigador. Valientes hay pocos y personas que hagan lecturas políticas tan claras como Vallée, pues aún menos: los beneficiados de la existencia de los ovnis, reales o no pero ya muy dentro de la mente humana, parecen ser siempre sectas y sectarios, interesados que se hacen los interesantes y tienen intereses que defender o que ganar. Pocos quijotes políticos veo yo capaces de derribar molinos de viento que ocultan grandes edificios y conglomerados de granito y alturas inconmensurables: mirad qué pasa en Italia ahora, qué terremoto en Europa, qué corrientes frías azotan a los que están tranquilos en sillas democráticamente conseguidas. Ya se veía llegar, ya se oía en lontananza el ruido de las huestes, ¿a qué ahora tanto alboroto y tanta falsa sorpresa? Vallée alertó del uso que hacían y harían personas de extrema derecha del asunto ovni y otros alertaron de la victoria progresiva de la ultraderecha si no se analizaba con profundidad qué dañaba a la democracia. Todo desoído. 

   Leer este libro en estos tiempos es importante, informarse es importante, no dejar de pensar con calma también lo es.  

Entradas populares de este blog

Julio Cortázar: Cambio de luces

Julio Cortázar: Silvia

Julio Cortázar: Orientación de los gatos