Tarik Carson: La garra perpetua




Relato incluido en el valioso libro Latinoamerica fantástica, con una acertadísima selección de Augusto Uribe, y que cuenta una historia con una prosa y un ritmo propios (de discurso con un tono que envuelve progresivamente, sin fisuras ni espacio para la deserción lectora) y una manera de hacer muy personal, en la que el lenguaje y las palabras elegidas son decisivas pero están en todo momento al servicio de la historia, sin rupturas ni envanecimientos puntuales superfluos. Hasta ahora nunca había leído nada de este autor, lo cual lamento, porque este cuento revela un talento y una independencia fulgurantes. Crítico con garra, analista agudo y señalador de defectos sin componendas, Carson mete el dedo en la llaga de lo que hay en el alma oscura del ser humano con este relato en el que se habla de clases sociales, de ascenso y temor a no ser nadie mediante la ascensión de uno de abajo que no quiere nunca más serlo, una vez que ha subido peldaños. Es un relato de ciencia ficción, pero qué inevitables suenan detrás los ecos de Balzac y quizá de Dickens, de Dreiser, de Fitzgerald y de muchos otros que hablaron de la delicadeza de la subida y de lo cruento de la caída por la escalera social. A posibles enseñanzas suma detalles de maestro Carson gracias a una dureza muy bien contenida, a una mirada sin sobrantes de piedad sobre los triunfadores y sus métodos de tal manera que, a la conclusión del relato, cuando todo queda explicado, es imposible no sentir una desolación profunda, una sensación de miseria sobre los hombros por ser congénere de algunos que, por mor de mantenerse en el poder, no dudan en sacrificarlo todo, olvidan hasta su condición humana y se mueven como fieras que clavan los dientes y desgarran sin importarles nada ni nadie. Que, además, las ideas se le ocurran al personaje protagonista mientras una androide batalla obligada contra su piel desnuda, no es un detalle menor ni para pasar por alto, así como tampoco lo es la forzada soledad en que parecen andar los que se llaman hombres, que se miran a la cara solo si el que está enfrente está a su altura en el escalón artificial del mérito y el logro exterior.

Frases del relato:

Su falta de aprecio hacia todo a veces lo desesperaba, y a veces lo endurecía más poniéndolo en la categoría de los sobrevivientes.

El doctor habló de la Tierra brillando maravillosamente azul en el espacio oscuro e infinito, como la había observado desde la nave de transporte.   

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