Cristina Fernández Cubas: El final de Barbro
Hay muchas expectativas en este relato que no acaban de confirmarse según se avanza en su lectura ni cuando se llega al final de la historia de manera rápida, casi anhelante, como el cuento exige, pues emoción no le falta. Y quizá esto no es malo, porque los escritores que te llevan de la mano y te ofrecen un dulce como premio muchas veces simplemente mienten. Cristina Fernández Cubas opta por no resolver por el lado de lo inefable ni de lo terrorífico un relato que tiene mucho que ver con los cuentos de hadas pero que en ningún momento se pierde por los fáciles caminos de la posmodernidad literaria. Usa elementos conocidos con mucho humor la autora, hace guiños que sitúan mejor y que restan oscuridad y complejidad a una historia que necesitaba una imagen final potente y creíble, nada alucinatoria, que es más fiel a la intención y al fondo que de verdad hay en el desencuentro de esas hijas aturdidas con la nueva madrastra acaparadora y algo misteriosa.