Cristina Fernández Cubas: Interno con figura

 


   Quizá todo lo que se puede hacer ante una sospecha es imaginar y combatirla con la imaginación, con las palabras, con la fuerza de las palabras y de la imaginación, hasta reducirla a algo lógico o hasta entrar en un espacio en el que no hay duda ya de que pasará algo. Este relato así lo plantea, así lo muestra, y con una idea muy sencilla, dos o tres escenas imborrables y una imaginación no del todo libresca Cristina Fernández Cubas redondea un relato de los que no tienen principio ni final y es absolutamente fascinante. Un relato que invita a tener la mente más despierta y la mirada más viva para ver donde existe y no se ve a menudo, ya que estamos inmersos en la distracción por culpa de lo cotidiano envolvente y cegador, aunque está claro que sí hay algo preocupante, una llamita de peligro, un indicio de lo que está por venir y no será agradable. Sin duda, en este tipo de relato en el que no hay despeño hacia lo fantástico sino insinuación, vislumbre, la autora es una grandísima maestra. 

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