Gracias a él leímos los primeros tebeos y disfrutamos e imaginamos. Siempre será uno de los nuestros. Hoy ha muerto el creador, para siempre quedan sus creaciones.
Teñido de una gran melancolía, este relato nos cuenta la historia de dos personas que no han sabido amarse, que no han sabido hablarse, que no han sabido acomodarse al otro, estar en el otro, ser con el otro. Ambos han soñado que el otro es diferente y se esfuerzan en amoldar al otro a lo que esperan de él, a como imaginan que debe ser, a como anhelan que sea. Es un cuento de amor y de desamor en el que la tristeza lo impregna todo, hasta los momentos alegres, que solo son una pausa entre dos tristezas. Realista, transparente, inquietante solo en la imaginación del lector y nunca en el texto, es uno más de esos relatos de Cortázar que gusta releer apenas has leído la última línea, porque tienes la sensación de que algo te has perdido, tiene que haber detalles que te has saltado, palabras con doble sentido o imágenes interpretadas erróneamente. Sin embargo, no hay manera de borrar esa tristeza, esa pequeña frustración que te invade cuando comprendes que no hay más, que e
Los relatos de Cortázar están plagados de misterios, lo que posibilita mil interpretaciones. Buen ejemplo de esto es Silvia . En este relato, Cortázar retoma el tema del fantasma, tan común en la literatura fantástica, para crear a un personaje que solo los niños ven. Pero también un adulto, el narrador, que ha conservado algo de la visión propia de la primera infancia, cuando realidad y sueños son una misma cosa. Los demás adultos no ven a Silvia, no creen en ella, y consideran su existencia algo desdeñable y lerdo, simple como simple creen el mundo de los niños. Si Cortázar no explica es porque quiere que el lector participe, lee el cuento a su manera, no a una única manera cortazariana -la impuesta por el autor-: así, habrá quien vea en este relato una simple puesta en escena realista sin más y quien vea una puerta abierta a la otra realidad. Si elegimos esta vía, llegaremos a preguntarnos quién es Silvia, si en verdad los niños y el adulto narrador la ven. Per
No puedes tocar a tu pareja, cuando lo haces ella huye, se escapa, se aleja de ti; no puedes mirarla fijamente e interrogarla para saber quién es, porque entonces huye, se escapa, se aleja de ti, se vuelve una extraña a la que no puedes entender, acaso ni siquiera amar. Cada vez que miras a tu amada, ella está más lejos, da otro paso en la dirección que la lleva a distanciarse de ti. Sí, quizá es así cuando interrogas y quieres saber, cuando notas que el cuerpo es superficie y entrada a otro universo que no está ahí para ser mirado, para ser comprendido. También yo he sentido esto que cuenta Cortázar en Orientación de los gatos, he acechado en vano y he percibido que cuanto más me acercaba, más lejos estaba, menos acertaba a comprender y a asimilar, como si hubiera un límite marcado, una zanja insalvable para mi salto y un camino imposible para mis pisadas. Es tan honda la distancia que hay entre dos que se aman, entre dos que se comprenden, que viven juntos y no tienen nada